En la tradición china el conejo es el cuarto animal del horóscopo chino que desde el 22 de febrero hasta el 9 de febrero del 2024 habita en la Casa del Taisui, un periodo que se conoce como “Año del Conejo de Agua”.

Pero esta es la historia de otro conejo, ese que vive todo el tiempo en la luna. Según la tradición de Beijing, un conejo acompaña a la diosa Chang’e en el Palacio de la Luna. Se trata del Señor Conejo o Tu’erye 兔兒爺 [Tù’eryé], venerado en el Cielo y la Tierra.

Cuenta una leyenda de la Dinastía Ming que el Señor Conejo, provisto de mortero y mazo de jade, andaba muy ocupado triturando plantas hasta convertirlas en pociones medicinales. Su tarea era elaborar el elixir de la inmortalidad en el Palacio Celestial.

En una ocasión, hace ya varios siglos, se desató una grave epidemia en la ciudad de Beijing que provocó la muerte de muchas personas. Compadecido por tanto dolor, el conejo se colocó su armadura, cargó su bandera y montado en un tigre descendió a la Tierra con sus remedios mágicos.

Fue así que salvó la vida de los habitantes de Beijing y a la ciudad de su inminente destrucción. Según otro mito, el Señor Conejo fue visto por las calles de la capital vistiendo indumentaria masculina y femenina. Desde la Dinastía Qing en adelante, fue ascendido a deidad en la religión popular china.

Pero no siempre monta un tigre, a veces también aparece sobre un dragón, un caballo, un elefante, un buey, un león, un qilin, un fénix, o cualquier animal de la mitología china. En otras ocasiones nace de una peonía, una calabaza, una flor o una verdura celestial.

Tampoco está solo. En ocasiones también aparece la Señora Coneja o Tu’ernainai兔兒奶奶 [Tù’ernǎinai], aunque puede tratarse del Señor Conejo travestido con la ropa que le obsequiaron en otra leyenda los habitantes de Beijing.

En el 2014, el Señor Conejo fue catalogado en el cuarto lote de la lista de patrimonio cultural inmaterial de China. Durante el Festival de Medio Otoño, las familias chinas compran una estatuilla para “invitarlo a casa” y cuando el Festival de la Primavera coincide con el cuarto animal, el Señor Conejo reside en la Casa del Taisui.

Hay otro conejo que también es una deidad, el Dios Conejo o Tu’er Shen兔兒神 [Tù’ershén], también llamado Tu’shen 兔神 [Tùshén]. Sus seguidos se refieren a él como el Gran maestro o Daye 大爷 [Dàyé]. Esta es una deidad del colectivo gay.

En el siglo XVII, una leyenda de la provincia de Fujian dio origen a esta suprema deidad, según consta en la obra “Lo que el maestro no quiso discutir”, una compilación de relatos sobrenaturales publicada en 1788 por el erudito Yuan Mei de la dinastía Qing.

La historia tiene como protagonista al soldado Hu Tianbao 胡天保 [Hú Tiānbǎo], quien se enamoró de un oficial. En una ocasión lo sorprendieron espiando al militar y tuvo que confesar su amor. Su jefe ordenó que lo mataran a golpes.

Un mes después, Hu Tianbao se apareció en el sueño de un anciano notable de su pueblo natal convertido en un conejo. Como su “crimen” era por amor, los dioses del inframundo decidieron corregir la injusticia, nombrándolo deidad protectora del amor entre personas del mismo sexo.

El culto al Dios Conejo se hizo tan popular en Fujian que fue objeto de exterminio por los funcionarios de la dinastía Qing. Su iconografía también muestra a dos hombres en un profundo abrazo. Se cree que es un intento de mitificar la antigua práctica de matrimonios masculinos que existía en esta provincia sureña.

¡Con los cuentos chinos del Señor Conejo y el Dios Conejo, se inaugura oficialmente Chinaverso, un espacio para la cultura popular y tecnología china!


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